Un nuevo régimen académico marco en el nivel terciario: ¿discurso normativo alejado de la realidad u oportunidad creativa?
A fines de 2024, la provincia de Buenos Aires puso en vigencia un nuevo Régimen Académico Marco (en adelante, lo llamaremos por su acrónimo RAM), que regula el corazón del funcionamiento del sistema de educación terciaria. No vamos a hacer un recuento exhaustivo de todos los cambios que contrastan con el anterior, del año 2009 (¡cuánto tiempo!). Me detengo en algunas cuestiones puntuales:
- se modifican los porcentajes de inasistencias, con variaciones en los umbrales tomados en cuenta. En las asignaturas que conforman los saberes generales y específicos (salvo algunos formatos particulares como los talleres), la asistencia requerida es del 60%.
- aparecen nuevas modalidades para el dictado de materias. Quizás la más relevante es el formato PPC (propuestas pedagógicas combinadas), que abre la puerta a una virtualidad asincrónica. Es decir, hay un reconocimiento de la potencialidad de las herramientas digitales pero "hasta ahí". En el Anexo 3 se regulan porcentajes de presencialidad y virtualidad, pero hay reparos en la sincronía. En los hechos, se está reconociendo que parte (o gran parte) de los estudiantes o docentes no contarían con los dispositivos o habilidades necesarias para llevar adelante tamaña modificación. Queda también un margen importante para decidir en qué momento y bajo qué condiciones los institutos llevarían a cabo esta modalidad.
- quedan algo difusas las cuestiones vinculadas a las inasistencias... es muy positivo que aparezca en forma clara un régimen especial para estudiantes que cursan su embarazo y licencias en caso de maternidad y paternidad. Ahora bien: ¿se trata de un régimen que se adiciona al considerado regularmente? ¿existe alguna instancia de abordaje para otro tipo de inasistencias? Si bien se comprende que la normativa es general y amplia, hay varias cuestiones que deben resolverse en el cotidiano de las instituciones. Cada una debe darse su propio Régimen Académico Institucional (es decir, su RAI) y un concomitante Programa Institucional de Evaluación. La gran pregunta es... ¿cuentan las instituciones con los espacios, tiempos y recursos para hacerlo, considerando que la normativa pide llevarlo adelante en UN AÑO? Pensemos, por caso, que la gran mayoría de los docentes son provisionales; sumemos a eso que en muchos institutos de PBA las carreras son a ciclo cerrado, con lo cual (y se comprende) el compromiso de los docentes es relativo.
- aparecen nuevas modalidades de cursado, como alumno itinerante y oyente. En algunos casos, estas figuras parecen pensadas para el AMBA... si bien se comprende que el grueso de los estudiantes se encuentran en el área metropolitana, aún allí muchos institutos están a varios kilómetros de distancia. ¿Es factible? Quizás sí combinando cursadas presenciales con otras fuertemente atravesadas por PPC. Pero eso implica modificar fuertemente unas culturas institucionales, como se dijo más arriba, marcadas por una estabilidad laboral bastante endeble.
Los cambios recién están comenzando a darse. Habrá que ver la manera en que estas intenciones normativas (que parecen ser AMBAcentristas) quedan plasmadas en el cotidiano de las instituciones.
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