Antropoceno

Desde inicios del siglo XXI, diferentes científicos plantearon la inclusión del Antropoceno en la tabla cronoestratigráfica, referencia para datar procesos y fenómenos a escala planetaria. Un argumento relevante a ese respecto: la ocurrencia "de procesos geológicos y geomorfológicos inéditos, así como nuevos compuestos químicos, visibiliza el creciente papel de los seres humanos como otra fuerza ambiental” (Bergthaller y Horn, 2020, 75) de importancia similar a los procesos endógenos o exógenos que habitualmente nos proveían de categorías para dar cuenta de procesos. 

Fueron Paul Crutzen y Eugene Stoermer quienes en 2000 pusieron nombre a este momento, Antropoceno (Crutzen, 2002, 23). La Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS) creó en 2009 una comisión para verificar la oportunidad de agregar esta época geológica a la Tabla Cronoestratigráfica Internacional. 

La sola intención dió lugar a discusiones en el seno de las ciencias naturales y las sociales: es que el pedido permeó opiniones y posturas en varios campos de conocimiento, particularmente en relación con los fundamentos de la inclusión. 

A falta de una votación, en el seno de la IUGS se realizaron dos: la última de ellas, en 2024. 

"...la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS, por sus siglas en inglés) confirmó una votación anterior de un comité inferior que descarta la idea. Sin embargo, también reconoció que el término Antropoceno es de uso común".

"A pesar de su rechazo como unidad formal en la escala de tiempo geológico, el Antropoceno seguirá siendo utilizado no sólo por los científicos de la Tierra y el medio ambiente, sino también por los científicos sociales, políticos y economistas, así como por el público en general".

Es decir, el concepto Antropoceno puede ser muy descriptivo, pero no alcanza para considerar la impronta humana como una fuerza de magnitud planetaria. Aunque...

  • el mundo científico habla sobre los tecnofósiles.
  • el cambio climático global es un fenómeno palpable mediante evidencias.
  • el dióxido de carbono y otros gases presentes en la naturaleza modifican su proporción en la atmósfera.
  • aparecen en la atmósfera gases no naturales, cuyas consecuencias en la dinámica atmosférica no son fácilmente previsibles. 
  • la contaminación del suelo, el agua y el aire existen y han provocado no sólo mutaciones sino extinción de especies.
  • los laboratorios manipulan genéticamente diversas semillas, para favorecer un modelo alimentario a gran escala (que podemos "conectar" con la contaminación del punto anterior y nuevas formas de tenencia de tierra y exlusión social)... y podríamos seguir. 

Compartimos en forma de enlace algunos artículos interesantes (ya con sus años) para poner en tensión una cuestión que la escuela recoge en estos tiempos como contenido escolar, pero lleva ya otro importante en torno a discusiones en la academia. 






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